Proyecto interiores:
PAULA HERRERO | ARQUITECTURA
Proyecto Iluminación: Ruben Amsel
Superficie: 170m2
Lugar: Ciudad de Buenos Aires
Año: 2019
Status: completado
Fotos: Gustavo Ressio
Una casa antigua en una esquina especial en el encuentro de cinco esquinas.
Vinería + Pizzería. Horno a leña. Vinos para llevar o degustar allí.
El trabajo del layout con las distintas velocidades de usos. Una planta baja + un sótano. Las miradas, la luz natural, el juego de la percepción. El uso de la vereda.
Los usos: ir a comprar un vino, tomar una copa allí quizás, y salir con mi botella de vino para tomar en casa. O ir a comprar un vino, tentarse y comer una pizza en la barra. O ir a comer pizza, y al salir llevarse un vino. Conviven dos velocidades que se potencian, se complementan.
Y también: la preparación de la masa a la vista en el entrepiso, y la leña a la vista, y el horno protagonista. Los fuegos a la vista. El dinamismo de comer en la barra.
Y en una segunda etapa: el sótano que en un primer momento será espacio fuelle, el vacío donde se proyecta la calle. Espejos y miradas.
Al bajar al sótano en busca de los toilettes, hoy aparece ese espacio indefinido que toma carácter propio. Será luego el lugar de las mesas y la música, de sentarse pausado. La presencia del arriba con los periscopios: Espiar. Del sótano a la planta baja. Y de la planta baja al entrepiso y viceversa.
El corazón de la vinería: la mesa alrededor de la columna metálica de perfiles antiguos con capitel clásico. La mesa que carga, reune, es centro y encuentro. La farola protagonista.
La materialidad neutra. El color dado por las etiquetas de los vinos. Los materiales: metales color grafito, mármol de carrara, envolvente monocromo, el horno de barro revestido en mosaicos, el juego de la luz, llenos y vacíos, transparencias, tamices, opacidades y brillos. Madera en los taburetes y la leña. El fuego como foco visual.
Los espejos estratégicamente ubicados para multiplicar el espacio, jugar con la percepción.
La curiosidad desplegada.